- No creo que le quieras...
- ¿Por qué crees que no?
- ¿Por qué crees que sabes tú que le quieres?
- Por él haría lo que fuera. Cuando le veo todavía se me hace un nudo en el estómago, y me brillan los ojos, y sonrío. Estando con él no puedo dejar de mirarle. Se me pone la piel de gallina cuando me roza. Aun tiemblo cuando me toca. Tengo su voz metida en la cabeza todo el día. Cuando me abraza, al llegar a casa, me encanta oler mi ropa, porque tiene su perfume. Y lo único que sé con absoluta certeza es que no estar con él me duele en el alma. Y le echo de menos... Hasta cuando está conmigo le echo de menos. Te aseguro que le quiero.
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